¿Qué tipos de créditos existen en México? Ya sea que te interese iniciar una entidad financiera o fintech, o que hayas decidido dar crédito a tus clientes, es importante que entiendas cuáles son los tipos de créditos que puedes ofrecer. Después de todo, además de ser consciente del riesgo de crédito que enfrentarás, y las tasas e intereses en créditos que mantendrás, debes conocer los productos financieros para poder saber cómo ofrecerlos a tus clientes.
¿Qué vas a encontrar en este texto?
Oficialmente, no es una clasificación que usen las entidades financieras para abordar los diferentes tipos de créditos. Sin embargo, es una forma general de tipificarlos.
En el caso de los créditos productivos, nos referimos a todos aquellos que se destinan a financiar actividades que generan ingresos o mejoras en la productividad. Por ejemplo, los créditos empresariales para financiar la adquisición de nuevas maquinarias o materiales entrarían dentro de este grupo.
Por otro lado, los créditos no productivos son aquellos que no contribuyen directamente a la generación de ingresos. Estos pueden incluir préstamos para gastos personales, compras de consumo o financiamiento de deudas existentes.
Tanto el financiamiento productivo como el no productivo son alternativas viables para entidades que quieren empezar a brindarlos. Sin embargo, es fundamental que cada entidad evalúe su perfil de riesgo y sus objetivos estratégicos antes de decidir cuál tipo de crédito ofrecer.
Una vez que ha quedado claro la clasificación general de los créditos, hablemos de la forma cómo se dividen en el entorno financiero. Aquí nos encontramos con 7 variantes:
Este tipo de crédito entra dentro de la categoría de créditos productivos. Esto se debe a que son adquiridos por personas (naturales o jurídicas) que buscan usar el dinero para invertirlo en sus negocios. Si ofrecerás créditos comerciales en México, algunas medidas que suelen usar las empresas para mitigar el riesgo de otorgamiento son:
En este caso, se trata de créditos no productivos, puesto que quien lo use no pretende obtener ganancias ni generar valor. Las tarjetas de crédito son un claro ejemplo de esta variante. En algunos casos, cuando se otorga este tipo de créditos, la entidad puede solicitar un aval o codeudor para reducir el riesgo de impago por parte del cliente.
Se trata de un crédito que se otorga con el fin de que los adquirentes puedan usarlo para el crecimiento de sus negocios. En ese sentido, se trata de un crédito productivo. Algunas entidades, suelen solicitar a los clientes de este tipo de créditos información que les permita saber si el negocio es solvente. Por ejemplo, estados financieros o el plan de negocio. Por otro lado, también es posible que en algunos casos se solicitan garantías.
Puede ser un crédito productivo o no productivo; lo que caracteriza este tipo es que sí o sí el cliente debe dejar una garantía por su otorgamiento.
Se trata de créditos otorgados a personas. Estos tienen como rasgo que tienen un límite de consumo. En general, son créditos no revolventes, es decir, a medida que se van pagando no vuelven a tener la disponibilidad de crédito. Para otorgar este tipo de créditos, las entidades financieras suelen considerar que la persona perciba ingresos fijos y que tenga capacidad de pago.
En cuanto a este tipo de crédito, podríamos decir que es un crédito productivo; en el sentido, de que el bien adquirido puede ser alquilado para permitir que el solicitante genere ingresos, o vendido. Como indica su nombre, se trata de un tipo de crédito que se otorga con el propósito de que el solicitante adquiera una propiedad. Como se trata de desembolsar un monto elevado, los requisitos suelen ser más exigentes; por ejemplo, contar con el enganche, trabajo estable y buen historial crediticio.
En este caso, es un tipo de crédito que permite que la persona vuelva a disponer del monto inicialmente otorgado, a medida que lo vaya pagando. Las tarjetas de crédito suelen adherirse a esta modalidad.
Estos son los siete tipos de créditos productivos y no productivos que se suelen otorgar en México. Independientemente de lo que quieras ofrecer a tus clientes, te aconsejamos que definas bien tus políticas de crédito y cobranza, que realices una validación de antecedentes detallada y que implementes un software de cobranzas para mejorar tu gestión. ¡Te invitamos a conocer Moonflow!