Según la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE) al menos el 65% de las pequeñas y medianas empresas en México tienen problemas de liquidez financiera. Esto ocasiona que muchas cierren sus operaciones al poco tiempo de haber iniciado, o se vean en la necesidad de solicitar créditos para su supervivencia.
El control de la liquidez financiera resulta clave para el éxito corporativo, ya que permite contar con el dinero para continuar con las operaciones.
En esta publicación te contamos más acerca de la liquidez financiera, su importancia y cómo mejorarla.
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La liquidez financiera es la capacidad de las organizaciones para convertir sus activos en dinero de manera rápida y a un precio acorde al mercado, sin que esto afecte significativamente su valor. Está estrechamente relacionada con la rentabilidad de un negocio, ya que una empresa necesita contar con suficiente liquidez para cumplir con sus obligaciones a corto plazo sin afectar sus operaciones ni recurrir a financiamiento costoso.
Incluso una liquidez moderada, que garantice que no haya pérdidas para la empresa, resulta favorable. Un buen ratio de liquidez aumenta las posibilidades de obtener financiamiento externo para expandirse o invertir en la diversificación de productos o servicios, ya que las entidades financieras y bancarias consideran a estas empresas menos riesgosas. Como consecuencia, tienen mayores probabilidades de acceder a créditos.
Cuando una empresa enfrenta problemas de liquidez, puede sufrir diversas consecuencias que afectan su operatividad y crecimiento. Algunas de las más relevantes son:
La falta de liquidez le impide a la empresa cubrir pagos esenciales como sueldos, alquileres, servicios, impuestos y deudas con proveedores o bancos. Esto puede derivar en sanciones, pérdida de credibilidad y dificultades para acceder a financiamiento en el futuro.
Una empresa con problemas de liquidez no puede destinar recursos a mejorar su infraestructura, adquirir nuevas tecnologías o ampliar su oferta de productos y servicios. Esto limita su competitividad y frena su desarrollo en el mercado.
La falta de liquidez obliga a recurrir constantemente a préstamos o líneas de crédito para cubrir gastos operativos. Aunque esto puede ser una solución temporal, el exceso de endeudamiento genera costos financieros elevados y reduce la rentabilidad a largo plazo.
La incapacidad de pagar a proveedores en los plazos acordados puede generar desconfianza y afectar la continuidad del suministro de insumos o servicios. Asimismo, los retrasos en el pago de salarios pueden impactar la moral y productividad del equipo, afectando el desempeño general de la empresa.
Aunque existen riesgos propios de cada modelo de negocio y sector que pueden afectar la liquidez empresarial si no son contemplados, algunos errores puntuales que pueden aumentar los problemas de este tipo son:
Ya que impide conocer su verdadera situación económica. En consecuencia, resulta difícil prever pagos, administrar gastos y tomar decisiones basadas en datos que eviten crisis de liquidez.
Lo cual puede llevar a sanciones, multas e intereses moratorios. Como consecuencia de estos gastos imprevistos, afectan el flujo de caja y generan desequilibrios financieros.
La falta de automatización dificulta la planificación y el monitoreo del flujo de efectivo, lo que puede derivar en problemas de liquidez.
No contar con estrategias efectivas para el cobro de cuentas por cobrar retrasa la entrada de dinero a la empresa. Una mala gestión en este aspecto puede generar acumulación de deudas incobrables y afectar la capacidad de pago de la organización. El uso de software de cobranzas permite una mejor gestión, además de reducir costos operativos.
La liquidez financiera es clave para la estabilidad de cualquier empresa. Implementar soluciones tecnológicas permite optimizar la gestión y reducir riesgos. Por ejemplo, con Moonflow puedes minimizar los riesgos de cobranza y mejorar tu flujo de caja. ¡Descubre cómo puede ayudarte!