Según la Asociación de Emprendedor de México (ASEM) en su estudio de gestión financiera, al menos el 37% de las empresas mexicanas no planifica sus finanzas. Es decir, no tiene un control financiero. Por otro lado, una publicación de El Economista reveló que el 40% de los negocios mexicanos tiene una gestión financiera reactiva, es decir, no planifican sino que responden a medida que los problemas se presentan. El control financiero, también llamado control de gestión, se refiere al conjunto de prácticas, estrategias y procesos destinados a supervisar y administrar los aspectos económicos de una organización, asegurando un manejo eficiente de sus recursos y el cumplimiento de sus obligaciones financieras.
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En cuanto a los objetivos del control financiero, este tiene como propósito garantizar una gestión eficiente de los recursos económicos de la empresa, permitiendo tomar decisiones estratégicas basadas en información precisa y actualizada.
Si enumeramos los objetivos principales, podemos mencionar los siguientes:
Para establecer un control financiero eficiente, es fundamental contar con un proceso estructurado que permita a la empresa evaluar su desempeño económico y tomar decisiones estratégicas a tiempo. La implementación de este control puede dividirse en cinco pasos clave:
Lo primero es establecer un procedimiento claro y documentado que indique las fechas de revisión, los indicadores clave de desempeño (KPIs) a monitorear y los formatos de reporte a utilizar.
En estas proyecciones debes considerar diferentes escenarios, de tal manera que te permitan reaccionar ante distintos imprevistos.
De esta manera, podrás identificar las diferencias que existen entre lo proyectado y lo real.
Esto contribuye a descentralizar la toma de decisiones y fomenta una cultura organizacional basada en datos.
Esto facilitará la toma de decisiones y optimizará el desempeño financiero.
Sí, es posible mejorar la gestión financiera implementando procesos estructurados y herramientas tecnológicas que optimicen el control de los recursos. Otro aspecto clave es la capacitación del equipo financiero, ya que profesionales con conocimientos sólidos pueden interpretar datos, identificar riesgos y proponer soluciones efectivas. También es importante analizar periódicamente la información financiera para detectar oportunidades de mejora y establecer indicadores clave de rendimiento (KPIs) que permitan evaluar el desempeño económico.
Sí, un software de cobranza puede contribuir a mejorar la gestión financiera al optimizar el seguimiento de pagos, reducir la morosidad y automatizar procesos clave como el envío de recordatorios y la generación de reportes. Esto mejora el flujo de caja, minimiza errores y facilita la conciliación de pagos, permitiendo una planificación financiera más precisa y eficiente. ¿Te gustaría explorar todo el potencial de un programa de cobranza de deudas? ¡Descubre Moonflow!