¿Es lo mismo hablar de gestión preventiva de cobranza que reactiva? No, se trata de formas de manejar la cartera en diferentes etapas del proceso de cobro. Lo ideal es que se logre obtener el recaudo antes de que el cliente caiga en mora; ya que de esa manera se ahorran costos asociados a la cobranza. En consecuencia, si debemos decir cuál de las dos opciones es mejor al hablar de gestión de cobranza de cartera, podemos decir que una eficiente cobranza preventiva reduce la necesidad de recurrir a métodos de cobranza reactiva.
En esta publicación de Moonflow te hablamos más sobre ambas.
¿Qué vas a encontrar en este texto?
Gestión de cobranza preventiva ¿Qué es y qué ventajas ofrece?
Gestión reactiva de cobranza ¿Qué es? ¿Ofrece beneficios?
¿Qué es la cobranza preventiva? Entendemos por cobranza preventiva los procesos de cobranza que se siguen antes de que venza la deuda.
Entonces la gestión preventiva de cobranza involucra procesos como el envío de la factura a los clientes. Pero también la detección temprana de conductas asociadas a morosidad. Esto permite que, antes de que el cliente se atrase en el pago de su deuda, el gestor de cobranza pueda ofrecerle un nuevo acuerdo, cambiando el cronograma de pagos o el monto que debe abonar en cada mensualidad, etc.
El análisis predictivo, de la cobranza temprana, puede ser tedioso y largo si se hace solamente por gestores de cobranza humanos. Resulta en cambio más útil si estos emplean tecnología para su desarrollo.
Soluciones informáticas para la cobranza de deudas como Moonflow, por ejemplo, integran Inteligencia Artificial (IA), la cual es capaz de analizar grandes volúmenes de datos para predecir comportamientos de los clientes y notificar a los gestores respecto a tendencias a morosidad.
La cobranza preventiva, además del envío de facturas, contempla el uso de otras comunicaciones con clientes. Prioritariamente escritas, donde se pueda notificar, por ejemplo, del próximo vencimiento de la deuda. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta no debe ser una comunicación solicitando el pago, sino notificando del próximo vencimiento. Donde se puede aprovechar para agregar un enlace que facilite la transacción del cliente.
Otra forma de promover la cobranza temprana y a tiempo, es mediante los débitos automáticos. De esa manera los clientes pueden pagar a tiempo sus facturas, sin necesidad de estar al pendiente de su vencimiento.
La cobranza reactiva se refiere a los procesos de cobranza que recién se inician cuando el cliente no ha pagado su deuda. ¿Es mala? No necesariamente. En toda cartera hay clientes que pueden tender a caer en mora.
Sin embargo, lo ideal es que sea un complemento de las estrategias de cobranza preventiva. Es decir que existan estrategias de cobranza reactiva para aquellos clientes que, pese a las buenas prácticas de cobranza preventiva, hayan caído en mora.
Es importante, no obstante, tener cuidado con los métodos de cobranza reactiva que se realicen. Después de todo, lo que se busca es recuperar la deuda sin dañar la relación con el cliente. Por otro lado, evitar que la deuda se vuelva incobrable.
En ese sentido, una cobranza reactiva, entendiendo por esto, los procesos de cobro hechos luego de caer en mora, puede ser buena o mala dependiendo de cómo se gestione.
Para que la cobranza reactiva sea eficaz, el uso de sistemas de cobranza de deudas es una buena opción. Puesto que con estas soluciones se puede saber el momento exacto en que cada deuda cae en morosidad para tomar acciones de cobranza tempranas que favorezcan el recaudo.
Por ejemplo, notificar al cliente que ha caído en mora, para que pueda efectuar el pago. O si se detectan problemas de liquidez en ellos, ofrecerles alternativas para ponerse al día y evitar acumular intereses por el retraso en su pago.
En resumen, bien gestionadas, ambas opciones de cobranza pueden favorecer el recaudo temprano o evitar que la deuda se vuelva incobrable. En ambos casos, la implementación de un programa de cobranza de deudas es una solución eficaz para mejorar la gestión.