Cobrar facturas impagas ha sido por mucho tiempo un dolor de cabeza para los gestores de cobranza. Sin embargo, no es un proceso electivo, sino necesario para que la empresa tenga un flujo de caja saludable y pueda seguir operando eficientemente. La falta de cobro de estas facturas no solo afecta la liquidez, sino también la capacidad de la empresa para invertir en nuevos proyectos, pagar a sus empleados y proveedores, y cumplir con sus obligaciones financieras.
Imagina tener más facturas impagas en un mes que ingresos. Este escenario puede ser devastador para cualquier empresa, ya que no solo compromete gravemente el flujo de caja, sino que también amenaza con la viabilidad del negocio. Entonces ante facturas impagas ¿Qué hacer? El uso de la tecnología puede ser la mejor estrategia para resolver este problema y en esta publicación te contamos un poco más al respecto.
El caso expuesto te ha permitido notar la importancia del cobro de facturas impagas. En este contexto, es crucial que como empresa invirtamos recursos para mejorar la gestión de las cuentas por cobrar. Esto implica no solo la contratación de personal eficiente, sino también el proporcionarle herramientas que faciliten su gestión, lo que incluye la implementación de un software de gestión de cobranza.
Respecto a esto último, dicha implementación no puede ser tomada a la ligera. Si bien siguen existiendo en el mercado software de cuentas por cobrar tradicionales, las soluciones más modernas y eficientes tienen algo que los primeros no: la integración de Inteligencia Artificial (IA). ¿Esto qué quiere decir? Que, a diferencia de los sistemas de cobranza tradicionales, que muchas veces siguen involucrando la gestión manual de procesos y solo la automatización de procesos básicos; los programas de cobranza con IA destacan porque tienen funcionalidades y niveles de automatización más avanzados. Esto les permite tener un mayor impacto en las facturas impagas.
¿Aún no te queda totalmente claro cómo impacta la implementación de sistemas de cobranza de deudas con IA al grupo de facturas impagas? Aquí algunos ejemplos.
Por ejemplo, con la IA, es posible predecir qué clientes tienen una mayor probabilidad de retrasarse en sus pagos, basándose en su historial y comportamientos anteriores. Esto no solo ayuda a identificar a los clientes en riesgo, sino que también permite anticipar el monto total de deuda que podría quedar sin cobrar en un período determinado.
Pero, ¿qué pueden hacer tus gestores de cobranza con dicha información? Ajustar sus estrategias para enfocarse en los clientes de mayor riesgo y priorizar los esfuerzos de cobranza de manera más efectiva. Pueden personalizar sus enfoques, como ofrecer planes de pago adaptados a las circunstancias específicas de cada cliente o reforzar el seguimiento en casos críticos.
Esto último nos sirve para contarte algo: la IA es eficiente, pero es una herramienta que sigue al servicio de los gestores de cobranza. Con software con IA no se le quita el empleo a nadie: se hace que su trabajo sea más eficiente, incluyendo la obtención del pago de las facturas impagas.
Otra forma cómo la inteligencia artificial te puede ayudar, es utilizando algoritmos que le permitan recomendar la m
ejor estrategia de cobranza para obtener un mayor recaudo.Moonflow ha lanzado esta nueva funcionalidad; pero tenemos dos recomendaciones para que la aproveches al máximo.
¿Te interesa saber más de esta funcionalidad? ¡Te invitamos a ver el nuevo video de Moonflow Academy! → Estrategias de cobranza con Inteligencia Artificial.
Uno de los grandes beneficios de la IA en la cobranza de deudas es su capacidad para ayudar a evitar prácticas de cobranza ilegales o poco éticas. Los sistemas de cobranza IA están diseñados para cumplir con las regulaciones y normativas vigentes, asegurando que todas las acciones de cobranza se realicen dentro del marco legal del país en el que se llevan a cabo, como en Chile.
Por ejemplo, con un software de cobranza con IA puede adherirse a las exigentes regulaciones chilenas, como realizar comunicaciones solo dentro del horario permitido, no contactar al cliente más de tres veces a la semana, y evitar el uso de lenguaje amenazante en las comunicaciones. Esto garantiza que el proceso de cobranza sea legal y ético, protegiendo tanto a tu empresa como a tus clientes.
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