La preocupación por la liquidez financiera está muy presente en las empresas chilenas. Sobre todo, en el sector de las PYMES, donde una encuesta reveló que al menos el 68% de ellas teme quedarse sin dinero para cumplir con sus obligaciones.
Sin embargo, ¿qué es la liquidez financiera y por qué es un factor clave para las empresas?. La liquidez financiera se define como la capacidad que tiene una empresa para disponer de sus recursos y cubrir el pago de sus gastos y costos.
Es preocupante que una empresa no cuente con liquidez porque esto significaría que no tiene el dinero suficiente para pagar sus obligaciones próximas. Por ejemplo, el sueldo de sus empleados o el pago de sus proveedores.
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Aunque la liquidez financiera es un indicador para medir la salud financiera de una organización, no es determinante; puesto que una empresa puede no tener liquidez financiera, y aún así ser rentable.
Por ejemplo, una empresa constructora puede haber cerrado múltiples contratos grandes y tener proyectos en marcha con una alta rentabilidad proyectada. Sin embargo, si los pagos de sus clientes se realizan a plazos largos y la empresa no cuenta con suficiente efectivo disponible para pagar sueldos, materiales y otros costos operativos en el corto plazo, enfrentará problemas de liquidez.
Contar con liquidez no solo permite cumplir con obligaciones inmediatas, sino también enfrentar escenarios adversos que puedan presentarse, por ejemplo, la necesidad de reemplazar equipos, aumentar la producción debido a un alza en la demanda o hacer frente a imprevistos económicos, como la inflación o una crisis en el sector. Todo esto sin recurrir a créditos cuyas comisiones e intereses pueden resultar costosos a largo plazo.
Además, disponer de liquidez permite a las organizaciones aprovechar oportunidades de inversión, como la expansión a otros mercados, la diversificación de productos para atraer un mayor volumen de ventas o la adquisición de nuevas tecnologías que mejoren la eficiencia operativa y la competitividad en el mercado.
El análisis de la liquidez financiera es importante porque permite tener una visión clara de si se cuentan o no con los recursos para solventar las cuentas. No obstante, cuando se evalúa la liquidez, es necesario tener en claro que existen tipos.
Así, por ejemplo, nos encontramos con la liquidez inmediata en la que solo se consideran aquellos activos que pueden volverse efectivo con rapidez. Asimismo, está la liquidez a corto plazo, donde se tiene en cuenta a activos como las cuentas por cobrar, que tienen la posibilidad de convertirse efectivo en un período corto, por ejemplo, 30 o 45 días, según los ciclos de facturación emitidos. Finalmente, está la liquidez a largo plazo que contempla activos que pueden tardar más en volverse efectivo, como los bienes inmuebles o maquinarias.
Sí, hay algunas estrategias que se pueden seguir para lograr este objetivo; por ejemplo:
Mejorar la liquidez financiera requiere un enfoque integral que combine estrategias de optimización de recursos, planificación financiera y toma de decisiones estratégicas. Además de las medidas mencionadas, existen otras acciones que pueden fortalecer la liquidez, como reducir costos innecesarios, mejorar la rotación de inventarios o evaluar nuevas fuentes de financiamiento.
Además, te recomendamos optimizar las cobranzas y asegurar el pago puntual de las cuentas por cobrar. Para ello, herramientas como Moonflow, un software especializado en cobranzas, pueden ser de gran ayuda, ya que permiten automatizar el seguimiento de facturas y reducir el riesgo de morosidad, contribuyendo así a una mejor gestión del flujo de caja.