Morosidad en empresas: definición, impacto y estrategias
Artículo por: Moonflow Argentina
La morosidad en Argentina se mantiene estable y ha mostrado mejoras en el último año. En 2023, según indica el medio Ámbito, la cantidad de personas que estaba en morosidad era del 17%, sin embargo, un año más tarde, la tasa se había reducido a al 14%. Y en cuanto a estas cifras, de dicho porcentaje, son pocos los deudores que tienen moras por más de 90 días (tan solo un 12% del total).
Pero ¿qué es la morosidad? Es una situación en la cual un cliente (persona física o jurídica) se encuentra retrasado en el pago de su deuda. Dependiendo del contexto, se puede considerar en mora a una persona desde el primer día de retraso en su pago, mientras que en algunos casos se le da esta denominación cuando han pasado determinados días desde el incumplimiento de pago.
Para que un deudor sea considerado moroso, debe existir un contrato que establezca su obligación de pago. El incumplimiento de este compromiso, al retrasarse en los pagos, da lugar a su clasificación como moroso.
¿Qué vas a encontrar en este texto?
- ¿Cómo impacta la morosidad en las empresas?
- 1. Reduce la rentabilidad
- 2. Causa problemas de liquidez
- 3. Aumenta los costos financieros
- 4. Incrementa riesgos de insolvencia
- 5. Impacta en los costos de cobranza
- 6. Causa desajustes en la planificación financiera
- 7. Ocasiona pérdida de oportunidades al negocio
¿Cómo impacta la morosidad en las empresas?
La morosidad tiene un impacto significativo en las empresas, afectando diversos aspectos de su estabilidad financiera y operativa. Algunos de sus principales efectos son:
1. Reduce la rentabilidad
Cuando los clientes no pagan a tiempo, la empresa deja de percibir ingresos clave para su funcionamiento. Sin embargo, sigue afrontando costos fijos como alquiler, sueldos y servicios. Por ejemplo, si una pyme del rubro textil vende mercadería a crédito y el comprador no cumple con el pago, la empresa debe absorber esa pérdida y resignar parte de su ganancia.
2. Causa problemas de liquidez
La falta de pago complica la disponibilidad de efectivo para pagar proveedores, impuestos y salarios. Muchas veces, esto obliga a la empresa a retrasar sus propios pagos, generando intereses o conflictos comerciales. Un comercio mayorista que no cobra sus facturas a tiempo puede quedarse sin capital para reponer stock, afectando sus ventas futuras.
3. Aumenta los costos financieros
Para compensar la falta de ingresos, muchas empresas recurren a financiamiento externo, como adelantos bancarios o créditos, que implican intereses elevados. Por ejemplo, un emprendimiento gastronómico que no recibe los pagos acordados puede verse forzado a pedir un préstamo para cubrir sueldos, generando un costo extra que afecta su rentabilidad.
4. Incrementa el riesgo de insolvencia
Si la morosidad se acumula, la empresa puede llegar a una situación donde no pueda cumplir con sus compromisos financieros. Esto puede derivar en cortes de suministro por parte de proveedores o incluso en acciones legales. Un estudio de arquitectura que no recibe los pagos de varios proyectos en simultáneo podría verse obligado a cerrar si no tiene reservas de efectivo suficientes.
5. Impacta en los costos de cobranza
Las empresas deben dedicar tiempo y recursos a gestionar los pagos atrasados, lo que genera costos administrativos adicionales. En algunos casos, deben contratar abogados o agencias de cobranza.
Una forma de reducir estos costos, podría ser la implementación de tecnología, como los software de cobranzas, ya que reduce los costos operativos hasta un 90%. Mientras mejora la gestión y la tasa de recuperación.
6. Causa desajustes en la planificación financiera
La incertidumbre en los cobros dificulta la planificación a futuro, ya que los ingresos proyectados pueden no concretarse. Por ejemplo, una empresa constructora que depende del pago escalonado de sus clientes podría retrasar la compra de materiales o la contratación de personal si no tiene certeza sobre el flujo de dinero.
7. Ocasiona pérdida de oportunidades al negocio
Una empresa con problemas de cobro pierde la posibilidad de expandirse o invertir en mejoras. Un comercio de electrónica que no recupera sus ventas financiadas puede quedar fuera de competencia frente a negocios con mejor gestión financiera, que sí pueden renovar su stock y ofrecer mejores condiciones de pago.
Como se observa, la morosidad, si bien ha disminuido en Argentina, sigue representando un riesgo para las empresas. Por ello, es fundamental invertir recursos en mejorar su gestión. Una de las soluciones más eficientes es la implementación de un software especializado.
Con una herramienta como Moonflow, las empresas pueden automatizar recordatorios de pago, optimizar el seguimiento de cuentas por cobrar y reducir el tiempo dedicado a la gestión de morosos. Contar con el sistema de cobranzas adecuado permite disminuir la morosidad, mejorar la relación con los clientes y fortalecer la estabilidad financiera del negocio. ¡Conocé más sobre Moonflow y cómo puede ayudarte a gestionar mejor la morosidad!

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